Alineamiento de los equipos de trabajo después del confinamiento.
Las empresas que tengan el privilegio de sobrevivir, estarán convalecientes, con todas las secuelas del trauma físico y emocional, generado por la inacción prolongada.
Si alguna vez has estado o has tenido a alguien cercano en ese estado, sabrás que se pierde masa y tono muscular, los reflejos están lentos, la conexión cerebro / cuerpo está aletargada, las piernas no te sostienen y requieres de apoyos externos;
Es como si el alma se tomara su tiempo para volver al cuerpo.
En la sala de recuperación, se escuchan ruidos y voces lejanas, que para ti no tienen sentido; en tu visión nublada aparecen rostros distorsionados que parecen querer conectar contigo y emiten sonidos guturales y cavernosos; tienes frío y calor al mismo tiempo, las extremidades te hormiguean y no estás seguro de estar completo, sabes que algo te duele, pero no sabes qué.
Además ignoras si todo salió bien, y si podrás reincorporarte a la vida ordinaria, volver a ser tú mismo.
Cuando el paciente debe someterse a una terapia de recuperación prolongada, requiere antes que nada estar comprometido con el éxito; enfrentar y vencer la disminución de sus facultades, dolores, debilidades, frustraciones, miedos y las voces internas que acechan con la posibilidad del fracaso, y la sombra de la discapacidad.
Quien ha estado ahí, invariablemente pasa por una autoevaluación del tiempo transcurrido, en la que se sopesa la fragilidad de la vida, los afectos, su sentido mismo, los sueños y proyectos.
Suele haber un proceso de replanteamiento y fijación de nuevos propósitos, siempre con el ánimo de recuperar el tiempo y convertirse en alguien mejor.
Estoy convencido que todos, individuos y empresas estamos ahí y habremos de recorrer el mismo proceso.
Como líder te corresponde, primero que nada resolverte a ti mismo, hasta descubrir lo que tienes que ajustar, y cuál será tu secuencia de recuperación.
Deberás hacer tu propio balance y encontrar lo que harás diferente en esta nueva oportunidad.
Si puedes contestar con claridad y honestidad qué, cómo y cuándo va a ser diferente en ti, estarás dando el primer paso para transformar al mundo.
Lo más complicado viene después; entender que el cuadro clínico que describí arriba, estará presente en todos y cada uno de los miembros del equipo.
El verdadero reto será acompañarlos en su convalecencia, mostrando empatía y conexión. Todos habrán sufrido un severo trauma; habrán estado expuestos, en contra de su voluntad y sin previo aviso a un escenario inédito, en el que todo aquello que llenaba sus días, desapareció de un plumazo.
Habrá entonces que ocuparse de devolverles la confianza en ellos, en el equipo, en la viabilidad de la organización y en el futuro.
Deberás buscar la forma de recuperar el sentido y la razón de ser, en un ejercicio colectivo; no alcanzará una proclama o un plan concebido y
comunicado desde las alturas.
Si alguno de los integrantes no se siente involucrado y dignificado, será imposible contar con su compromiso y entrega en el largo plazo.
Piensa que cuando suene la señal para el regreso estarán con las piernas flojas, la mirada nublada y titubeantes.
Deberás refrenar la prisa e iniciar el proceso de terapia y recuperación. consciente, explícito y verdaderamente empático.
La gente necesitará un proceso de gestión del cambio, en el que se hablen las cosas, se revisen los viejos procesos, las líneas de producto, las relaciones internas y externas.
Imagina un foro en el que entre todos decidan cómo serán una mejor empresa; pensando “fuera de la caja”.
Como Líder / Coach podrás sondear ¿qué descubrieron?, ¿qué les gustaría hacer diferente?, ¿qué propondrían dejar de hacer?; ¿cual de los productos debería reconvertirse y volverse el emblema de la empresa?, atendiendo a la nueva realidad, ¿qué debería suceder para que todos se sintieran identificados y orgullosos con los colores de la empresa?, ¿qué le pedirían a la empresa y cuál sería su compromiso indeclinable para lograr una mejor versión en cuanto a producción, integridad y valores?
Este es el reto que tenemos por delante; lograr un auténtico trabajo en equipo, no se refiere únicamente a la coordinación de acciones; requiere mística, metas claras y compartidas, y una visión de futuro inspiradora.
Construyamos juntos el México grandioso que nos está esperando.