Al inicio de año los propósitos comienzan un proceso para convertirse en objetivos que sean viables y que se adapten a los planes que las organizaciones plantean para el porvenir. El trabajo es arduo y se realiza a la par del resto de las actividades comerciales o de servicios que brinda la empresa.
Pero los meses pasan y cuando se están logrando avances en algunos sectores la recta final está a la vista y los esfuerzos deben multiplicarse para consolidar avances visibles. Es momento de replantear métodos, fijar nuevos caminos, aprender y reflexionar sobre acciones que nos proporcionen herramientas para continuar construyendo el camino que se desea. Los retos han estado desde los primeros meses del año, incluso desde poco antes, y muchos continuarán estando allí a la espera de ser alcanzados. Es aquí donde vale la pena detenerse, observar lo que se ha avanzado y retroalimentar a los diferentes equipos de trabajo que conforman la fuerza de trabajo de la empresa, en especial a los grupos de alto impacto, que son los que llevan la mayor responsabilidad y quienes en última instancia deberán transmitir las necesidades que más apremian al resto de los colaboradores.
La capacitación empresarial es una de las mejores opciones para aprender de los tropiezos y para aprehender nuevos modelos que permitan generar resultados con beneficios más altos que los costos.
Una de las prácticas más populares pero que no deja de proporcionar conocimiento y autoconocimiento es el team building, que mediante la conformación de equipos y la realización de actividades fuera del área laboral permite incluso generar un diagnóstico sobre las partes que pueden conformar oportunidades únicas para el desarrollo.
Algunas de estas actividades diseñadas por expertos y de acuerdo a las necesidades especiales y específicas de cada organización, pueden aparentar un juego que no guarda relación alguna con las actividades realizadas en el trabajo, pero que guarda un aspecto lúdico que evidencía problemáticas que parecían inexistentes o que simplemente no había sido tomadas con demasiada atención.
Campo Krasiba no ofrece sólo un curso para las compañías, es más bien un cúmulo de conocimientos vivenciales que crearán recuerdos de mayor duración que los que una conferencia de una hora puede lograr. En primer lugar, ofrece un contexto y ambiente que impacta desde el primer momento, pues al estar alejado de la urbe y de los centros laborales, rodeado de la naturaleza, abre los sentidos a nuevas experiencias a las que en otras circunstancias no sería posible.
En este contexto, el de la capacitación vivencial, los equipos de trabajo o colaboradores establecerán vínculos de confianza y comunicación más sólidos que los que normalmente se desarrollan de forma natural en los centros de trabajo. Todo esto, permitirá encaminar el proyecto de la organización y el de los propios participantes hacía un cierre de año con resultados mejor logrados y con proyectos nuevos para comenzar el siguiente año.
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