Un nuevo trabajo, proyecto, jefe o un nuevo cliente puede hacer que lleguemos a subestimar nuestras propias habilidades y capacidades, pero esto es normal en el ámbito laboral donde prevalece la competitividad dentro y fuera de la empresa. Es por ello que se debe saber cómo trabajar la inseguridad ya que, así que es probable que en alguna ocasión o innumerables ocasiones en tu carrera profesional la experimentes al realizar tus labores, lo cual hace que la satisfacción laboral, la motivación y la energía decaigan, haciendo más difícil la tarea de cumplir con los objetivos.
Si sientes o has sentido inseguridad por tu desempeño en el trabajo, prueba con estos consejos:
1. Sino sabes, aprende
Una de las principales razones por las que se experimenta inseguridad es por la falta de conocimientos o experiencia, pero no te paralices ante la idea de que no sabes tal o cual cosa, mejor tómalo como un reto y aprende, tampoco tengas miedo de reconocer que no lo sabes, tiene más mérito alguien que se esfuerza por aprender que alguien que sólo dice “No sé”.
2.Nadie es perfecto
Tener altas expectativas de las cosas o resultados en el trabajo también pueden crear inseguridad al ver que éstas no se alcanzan. Pero nunca es tarde para corregir, permítete tener errores, estos también son la fuente de aprendizaje para experiencias futuras. Apóyate en tus compañeros de trabajo o jefes para obtener una retroalimentación.
3. Haz las cosas lo mejor que puedas
No importa lo que sea o el nivel de importancia que tenga, trata de que cada cosa que hagas no pueda estar mejor, es decir, que has puesto tu mayor esfuerzo y no sería tan fácil mejorarla. En ocasiones nos ocupamos en hacer por hacer pero no en realizar las tareas con calidad, piensa que cada trabajo tiene tu marca personal, así que debes dejar una buena impresión en cada uno de ellos.
4. Supérate cada día
¿Te ha pasado que ves proyectos que realizaste hace tiempo que te parecían muy buenos, pero ahora ya no? Es un buen indicador de que estás progresando, pero además es importante que esta mejora la apliques al día a día. No olvides que siempre hay cosas que se pueden mejorar, revisa frecuentemente tus trabajos y piensa cómo podrían estar mejor. Incluso mejora cosas más sencillas como la velocidad para hacer algo. Después mirarás hacia atrás y verás cuánto has mejorado a nivel personal y profesional.
5. No te compares
Un mal tan recurrente es comparar tus capacidades con las de otros, no sólo no ayuda, sino que además genera una fuga de energía el estar pensando en por qué a mí no me salen las cosas como a él o ella. No todos somos iguales ni somos capaces de las mismas cosas, mejor ocupa ese tiempo para descubrir tus fortalezas ¿Sabes qué cosas se te dan mejor? Es posible que ni siquiera te hayas preguntado cuáles son tus limitaciones, así que márcalo como un objetivo. Conocerse a sí mismo es importante para un buen desarrollo profesional.
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