Las Empresas después del Coronavirus

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Guía para una Adaptación Rápida a Necesidades Cambiantes

Economistas, sociólogos, politólogos, inversionistas, empresarios, niños, adultos, madres y padres de familia, el señor de naranja que recoge la basura, el señor de la tiendita, la señora de la limpieza, el estudiante y el recién egresado, tú y yo; todos nos preguntamos no sólo cuando terminará esta pesadilla, sino cómo será el mundo después.

 
Para todos habrá implicaciones.
 
Los planes y proyectos tendrán que replantearse, ya que tal vez mi mercado tradicional ya no exista; las necesidades y prioridades en lo macro y en lo micro con toda seguridad se habrán transformado y por tanto no tendremos más remedio que aceptar que el juego anterior se terminó, que estamos todos por iniciar uno completamente nuevo, donde las reglas, los roles, la cancha o el tablero no serán nunca más los mismos.
Seguro habrá componentes del viejo juego, pero hoy, como nunca aplica esa vieja y dramática metáfora;  “NOS PATEARON EL TABLERO”.
 
Seguimos siendo los mismos jugadores “en el mismo lugar y con la misma gente”, pero en un escenario completamente distinto.
 
Si queremos seguir jugando, tendremos que ponernos de pie, agradecer que estamos dentro de los que tuvieron el privilegio de sobrevivir; respirar profunda y sobre todo conscientemente y recordar a Kipling con su “IF” invitándonos, después de perderlo todo,  a seguir adelante y “reconstruirlo con los útiles mellados”.
 
Gestionar la Crisis, empieza por  conservar la calma; evitar antes que nada ser presa del pánico; desde ahí, hacer acopio de todo lo que queda y aprovechar al máximo circunstancias y recursos.
 
Sólo podremos decir que la crisis quedó atrás, cuando todos los miembros de la organización se encuentren alineados con el nuevo rumbo, razón de ser y valores de la organización, y cuando esta haya logrado reinventarse, logrando ser una mejor versión de si misma.
 
Para lograrlo, será indispensable escuchar a todos, sanar el duelo, el dolor del aislamiento, de las pérdidas, del largo encierro y acompañarlos a construir nuevos destinos y asideros, que les permitan recuperar el orgullo, que en ocasiones se habrá mermado, la capacidad de disfrute, que sin duda fue afectada, la confianza en si mismos, en el otro, en la economía y en la humanidad entera.
 
Seguramente aflorarán conflictos, derivados de la escasez (real o percibida), y habrá que gestionarlos, buscando sumar, ganar con el otro, desterrar el paradigma de suma cero; evolucionar hacia una cultura de colaboración.
 
Veo un futuro donde la humanidad sea más consciente de de sí y de su entorno
Donde impere el respeto por el planeta y por la vida
Donde se atempere la voracidad y el desperdicio
Un planeta donde lo humano se armonice con el todo y no pretenda sojuzgarlo
 
Bienvenida la crisis que será partera de un nuevo mundo.
Ojalá seamos capaces de entenderlo y aprovechar la oportunidad.
 
La amenaza es global; la respuesta tendrá que ser de la misma dimensión, si encontramos la forma de trabajar como equipo y alinearnos todos en aras de un fin común, el 2020 quedará registrado como el año del renacimiento.
 
 

 

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