I- SORPRESA
II- CONTUNDENCIA
III- 360 °
La capacitación vivencial es una especialidad que no siempre es valorada adecuadamente por los responsables del desarrollo organizacional y humano.
Sobre todo cuando tienen una visión tradicional y conservadora.
La CV no es excluyente de la formación académica en aula; todo lo contrario, constituye un extraordinario complemento, que permite “redondear y afianzar” los aprendizajes.
Si pudiésemos resaltar las 3 características más relevantes de este particular método, me atrevería a enunciar las siguientes:
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I- El Factor SORPRESA
Los participantes en un proceso de CV, por lo general no saben a qué se van a enfrentar.
Cuando el proceso está bien diseñado, ha de preservarse la información sobre la esencia, el contenido y las dinámicas que lo integran.
Es recomendable anunciar los objetivos, y el hecho de que encontrarán desafíos físicos, emocionales e intelectuales.
El participante debe estar preparado y dispuesto a lidiar con la sorpresa, tener apertura, curiosidad y disposición para abandonar su esfera de confort, aventurándose en un mar de incertidumbre y reto.
El espacio de aprendizaje se comporta como una campana de Gauss, en donde el extremo izquierdo representa la “Zona de Confort” y el derecho la “Zona de Pánico”, en las cuales el aprendizaje es mínimo, pues en la ZC, tenemos la percepción de que no hace falta nada; todo está resuelto y lo último que quiero es romper esa comodidad con disrupciones.
En la Zona de Pánico, mente y cuerpo están bloqueados, los neurotransmisores como el cortisol mandan señales de desconexión, nos ponemos en modo de protección o de huida y rechazamos cualquier cosa que provenga del exterior; impera el miedo. En esas condiciones el aprendizaje es casi imposible.
El espacio central y más amplio dentro de la curva, es la Zona de Reto, en la que nos sentimos excitados, motivados; la oxitocina y la adrenalina imperan y nos lanzan hacia la exploración; los músculos se tensan, el corazón inyecta más sangre a las extremidades; las pupilas se dilatan y el cuerpo está en alerta y listo para responder. Se requiere procesar rápidamente y responder con asertividad, precisión y creatividad.
Es el espacio de la innovación, de la creación; donde todo se alinea, en donde encontramos respuestas, a veces más allá de lo racional; el instinto aflora y la intuición sale a relucir.
Nuestras respuestas son ágiles, a veces sorpresiva; inesperadas. Se detonan conexiones neuronales atípicas, que generan reacciones eficaces, aunque en ocasiones desafíen la lógica.
II- La CONTUNDENCIA
Otra de las características de la C.V., que la distingue de la capacitación tradicional, es que sus resultados son inmediatos, flagrantes, de alto impacto y Contundentes.
Cuando se aplica el método de CV para la formación o entrenamiento de equipos (Team Building), lo que se persigue es que descubran su máximo potencial, que vivan el impacto de la sinergia, que en la práctica se demuestren a si mismos que juntos son mucho más que una simple suma aritmética.
Decimos que el aprendizaje es contundente, por que los participantes perciben el poder de un equipo unido y alineado, de una forma que va mas allá de las palabras y de cualquier definición.
Al entrar en los procesos vivenciales, los integrantes del equipo palpan y constatan de manera inmediata que son más fuertes, que pueden alcanzar metas que de manera individual serían imposibles, que se libera una poderosa energía sin seguir siquiera un manual de operaciones; es un ente oculto, que se parece a la resonancia en la que entran los metales, cuando vibran en la misma frecuencia (efecto diapasón).
Todo esto se logra cuando los equipos dejan atrás los egos, la postura de la competencia y los personalismos, y se permiten zambullirse en ese raro espacio de la cooperación, donde se piensa colectivamente, donde el confort personal se sacrifica en aras del logro colectivo.
El aprendizaje se da desde la experiencia; la satisfacción del logro colectivo no requiere explicación; se siente, se palpa.
No hay mejor forma de aprender a trabajar en equipo, que trabajando en equipo, con retos y metas compartidas, con convicción, con empatía, con humildad y apertura. Todo esto es imposible aprenderlo en los libros o en el aula.
¿Cómo se describe la emoción de encontrar una mano dispuesta a levantarme?, ¿Cómo se mide la energía que deriva de un grito colectivo que me anima a llegar a la cima cuando los brazos y piernas están al limite?. ¿Cómo se resume la experiencia de un abrazo colectivo en torno al fuego? ¿Qué libro te explica el significado de una mano sobre tu hombro?.
III- La tercera característica de la C.V. es lo “envolvente”; yo la llamo una experiencia de 360°
Uno de los a aspectos más sobresalientes de la C.V. tanto para la formación de equipos, como a nivel individual, es que es prácticamente imposible mantenerse al margen o permanecer indiferente.
Se trata de experiencias que involucran a todos los sentidos, detonan razonamientos y juicios desde espacios poco frecuentados, incitan a la imaginación, nos obliga a pensar fuera de la caja; retan al cuerpo y nos brinda una mirada sobre nuestro actuar cotidiano y lo que podríamos hacer diferente para mejorar nuestra relación con el otro, con el entorno y con nosotros mismos.
Nos confronta en los terrenos emocional e intelectual, y nos espeta preguntas y desafíos que quizás nunca nos habíamos planteado.
Nos pone frente a frente con nuestros miedos, con nuestras historias y creencias; nos lleva a dialogar y a cuestionar paradigmas (propios y ajenos).
Nos obliga a preguntarnos: ¿Quién soy yo frente al reto y a la incertidumbre?
Es justamente este espacio de reto el que posibilita el crecimiento y el aprendizaje.
Al aprender desde la experiencia, “lo hacemos cuerpo / lo incorporamos” y deja una impronta imposible de borrar.
SORPRESA / CONTUNDENCIA Y 360°, son los componentes de una experiencia transformaciona
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